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Astrología y la Terapia

Astrología y la Terapia

La Astrología durante muchos siglos fue usada como la única herramienta psicológica conocida. Ya los egipcios, mayas o incas por ejemplo así lo hicieron. 

Antes de que la psicología naciera como tal en el siglo XIX, la Astrología y su conocimiento hicieron esta función durante muchos siglos. Su saber dio luz a millones de personas a lo largo de la historia. Sí que es cierto que en la antigüedad su uso e interpretación difirió bastante del actual. Antiguamente se trabajaba con la conocida como Astrología tradicional que aplicaba criterios predictivos a la interpretación de las posiciones planetarias, casas y aspectos. Se basaba en una interpretación rígida e inamovible del tema natal. Por ejemplo una persona con Saturno en el Ascendente tendría un destino fatal, sin lugar a dudas. U otra persona con Plutón en casa V, mal aspectado, tendría muchas papeletas, sino todas, para perder un hijo, sino varios.

A partir de este siglo XX y raíz de la irrupción de la psicología en nuestras vidas, la interpretación astrológica también fue cambiando. Hoy en día prácticamente todas las escuelas y corrientes se orientan más por la Astrología Humanista, o Astrología Psicológica. Unos de sus padres fueron Howard Sasportas y Liz Greene. 

Esta corriente es la más practicada y la más utilizada a la hora de interpretar la carta astral hoy en día. Se basa en una interpretación flexible que incluye a la persona, su toma de conciencia, e incluye la psicología como herramienta fundamental a la hora de interpretar los aspectos y las posiciones planetarias. Nada es fijo e inamovible. Todo puede tener cierta variedad de interpretaciones, teniendo en cuenta diversos aspectos de la persona como entorno, familia, elecciones personales, etc. y se hace mucho más incapié en la Astrología como herramienta de conocimiento que como elemento predictivo.

La relación de la Astrología y la Terapia va un paso más allá y ahonda en el paso de TOMA DE CONCIENCIA de la persona sobre los diferentes aspectos que se van mostrando en la lectura de la carta. Poco a poco y a medida que se van desvelando estos aspectos se invita al cliente o paciente a que “escuche” estos aspectos, a que tome conciencia de los mismos. Algunos de ellos le resonaran, le serán conocidos, pero quizás otros serán nuevos para él. Estos quizás serán los más interesantes a la hora de trabajar con el cliente o paciente. Normalmente estos aspectos desconocidos son los que más dificultades acarrean al consultante en su vida. Suelen corresponder con la “sombra” (aquellos aspectos oscuros de nosotros mismos, que normalmente negamos por difíciles de encajar con nuestra autoimagen) otras veces, y aunque resulte extraño, corresponden con aspectos positivos de nosotros mismos que tenemos negados (esto suele ocurrirles a personas con una autoimagen pobre, con una autoestima baja). Ya se trate de la sombra, de tomar conciencia de la misma, para que no nos traía más problemas, y dejemos de proyectarla y atraerla a nuestra vida de formas diversas; o se trate de aspectos positivos negados, que estamos dejando de utilizar a nuestro favor en nuestras vidas, es importantísimo trabajar todas estas cuestiones con el consultante, en la sesión astrológica terapéutica. 

El ritmo de la sesión normalmente lo marca el cliente o paciente, aunque se suelen estructurar en sesiones de 90 minutos. Dada la naturaleza terapéutica de la sesión, y que en la misma está implícito que el paciente marca el ritmo y cada uno es un mundo y tiene sus tiempos; estas sesiones pueden ampliarse según las necesidades del consultante o paciente en las sesiones que el consultante requiera.  Esta forma de trabajo es usada en las sesiones que realizo como astróloga. La expongo aquí como ejemplo de cómo funciona el trabajo de forma práctica en la Astrología Terapéutica.