La riqueza que pueden aportarse estas dos disciplinas es evidente y notoria. Como ya dijimos en el artículo anterior, ya desde el siglo pasado la astrología psicológica, y recientemente la astrología terapéutica, ha basado sus consultas en el énfasis puesto en la persona y en la comprensión del consultante, de lo expuesto en dicha consulta. Desde este punto de vista la Gestalt tiene mucho que aportar.
El termino Gestalt proviene del alemán y podría traducirse como “estructura, forma o totalidad”. Este término dio nombre a la psicología de la Gestalt, una corriente que nació en Alemania hacia 1912. La psicología de la Gestalt desarrolla la teoría de que la “la percepción se organiza espontáneamente en estructuras bien definidas, constituidas por una forma (el objeto percibido) y un fondo ( su entorno). Según el concepto de figura y fondo, aquello que se percibe (figura) pierde su significado fuera del contexto en el que se integra ( fondo), algo que es fundamental cuando se interpreta una carta astral. No se pueden interpretar las partes perdiendo de vista la totalidad del mapa natal.
Igualmente la Gestalt integra el concepto holístico “el todo es mayor que la suma de sus partes” estando además todo en interdependencia con todo.
No es difícil aplicar esta idea a la carta astral, donde como sabemos todas sus partes (planetas, casas, signos, aspectos) están en interdependencia. En consecuencia si hay desequilibrio en alguna parte (o también armonía) ello repercutirá en ese todo representado por la carta astral.
Hacia mediados del siglo XX el psiquiatra y psicoanalista Fritz Perls, influido por la psicología de la Gestalt, creó la terapia Gestalt en la que no existe una teoría compleja sino más bien una concepción y comprensión de los procesos psicológicos, que pone el énfasis en el darse cuenta de lo que está pasando sin intentar modificarlo. Es decir, para la terapia Gestalt, la clave estaría en el “aquí y ahora” y responsabilizarse de los pensamientos, sentimientos y acciones del momento presente.
Claudio Naranjo psiquiatra y médico, puede considerarse el otro padre de la terapia Gestalt, dándole un enfoque más humanista y espiritual e introduciendo técnicas como la meditación, para reforzar aún más la importancia del estado presente y del Ser de lo gestáltico.
Desde hace un tiempo y sobre todo desde los tiempos de Claudio Naranjo se dice que la Gestalt no es una terapia sino una forma de vida, una forma de estar en el mundo.
Durante un tiempo y aun hoy en día, ha habido cierto rechazo en algunos sectores de la psicología a la astrología, pero numerosos astrólogos han utilizado, se han servido y han introducido la sabiduría de la psicología y de diversas corrientes terapéuticas en sus sesiones astrológicas. Desde esta premisa cabe decir de la fructífera relación de la gestalt y la astrología. Ya, el mismo planteamiento de la sesión, puede decirse que es “gestáltico”, se escucha al cliente, otro de los pilares de la Gestalt, la “escucha” que no oir. Oir es una principio pasivo mientras la escucha es un pricipio activo.
Se escucha lo que se dice, se escucha lo que no se dice, se escucha de forma activa para aprovechar al máximo la sesión.
Tal y como dijimos en el artículo anterior de Astrología y Terapia se trata de que el consultante se de cuenta de las diferentes facetas de sí mismo o subpersonalidades , dedicaremos un articulo a este interesante tema, que está simbolizado en la carta en las diferentes energías de los emplazamientos planetarios. Este darse cuenta y responsabilizarse es la piedra angular de la terapia Gestalt.
Hay varias técnicas usadas en la terapia Gestalt que facilitan la toma de conciencia de estos aspectos de uno mismo, que a veces resultan fáciles y a veces resultan más complicados. Uno de ellas es el dialogo entre las partes. Por ej. Una persona con Ascendente Capricornio y con Saturno en la casa 1 tendrá una imagen y un talante austero, responsable, callado, serio de más. Pero a la vez esta misma persona es posible que tenga una luna en géminis con mercurio en conjunción, también en géminis por lo que tendrá un temperamento locuaz, charlatán, nervioso, pizpireto, sociable. Será interesante que el consultante tenga un diálogo entre esas dos partes de sí mismo. Que dialoguen, para que puedan ponerse de acuerdo, y reconocer ambas. Es probable que este identificado con una de las dos partes de sí mismo y la otra la tenga más negada. A estas partes la llamamos subpersonalidades, pero a esto, como he dicho antes, le dedicaremos otro artículo.
Como hemos visto la relación entre Astrologia y Gestalt es dinámica e indivisible de alguna u otra forma se interrelacionan y se nutren. Es amplia y se enriquece en el ejercicio de la práctica profesional o amateur de la Astrologia.